martes, 18 de diciembre de 2012

INMIGRACIÓN / RACISMO

No tenemos que remontarnos muchos años atrás para recordar cuantas y cuantas familias, y seguramente que alguna nos toque, tuvieron que emigrar a otros países para poder subsistir ya que en el que ellos se encontraban la supervivencia se tornaba difícil  Marchaban con una mano delante y otra detrás, como se suele decir, sin saber que les depararía el futuro y sabiendo que atrás dejaban una familia entera a la que debían mantener desde allí donde quisiera que fueran.
Fue difícil  mucho mas seguro de lo que logremos imaginar, eran extraños para los de allí  y un país desconocido para los que partían de aquí  La bienvenida no fue amable, el trato no fue del todo cordial, se les antojaba como personas que iban simplemente a vaguear a quitarles el dinero, cuando realmente lo único que querían era trabajar trabajar y trabajar para poder dar un plato de comida a su familia.
Cuando la gente de antes se acuerda de esto, se apena y suele decir que fueron momentos difíciles. Pongámonos ahora en el presente, ¿ porque hacemos lo mismo a los que vienen al nuestro ? Habrá gente que no, pero habrá gente que detrás de ella también deje una familia, un país  una cultura y no por gusto, y no por ello debemos cerrarle todas las puertas, prejuzgando ya una personalidad que quizás poco tenga que ver con la de mucha gente en realidad. Como dice el refrán, no pueden pagar justos por pecadores. Y sino, echemos la mirada atrás, si nos gustaría que a nosotros por el simple echo de no ser de un país, nos rechacen continuamente cuando lo único que queremos es ganar limpiamente, sin quitarle nada a nadie. Y teniendo muy en cuenta, que tal y como nos encontramos en este momento, los emigrantes volveremos a serlo nosotros, y no nos gustaría encontrarnos eso en el país donde, sin gusto alguno, tengamos que ir.

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