domingo, 16 de diciembre de 2012

HORA DE TRABAJAR.

A la hora de encontrar trabajo, una de las mayores barreras que se interponen entre la persona y el cargo es la imagen que proyecta de cara al público o de cara a la persona que le pueda contratar en su momento.
Son muchos los puestos de cara al público, en los cuales antes de cualquier cualificación profesional, saber estar o saber hacer, se exige y se pide una buena imagen de uno mismo. Ya no sólo, porque el empresario o jefe lo necesite, sino porque sabe que de cara al público, lo primero que se juzgara es lo que esa persona nos proyecta a primera impresión y eso nos dará una imagen mejor o peor del establecimiento o servicio al que hemos acudido antes incluso de desarrollar la actividad que le es competente. Y esto el empresario lo sabe, y lo que el quiere es que ante todo, su negocio a primera vista, tenga una buena imagen.
Muchas veces, cuando acudimos a una entrevista de trabajo, un estilo, un pendiente, un tatuaje o algo similar nos puede cerrar las puertas de un trabajo, sin dejar lugar a mostrar la valía que uno mismo puede tener, sin darse cuenta la persona que tenemos enfrente, que detrás de todo eso, puede haber una persona, que realmente sea valioso para ese puesto, sus capacidad sean las necesarias para el desarrollo de esa actividad, y que hay cosas materiales, que hablando con la persona, se pueden cambiar.
Y volvemos a hablar de oportunidad, dejar hablar, dejarse conocer, y reconocer lo que alguien puede llegar a esconder detrás de una simple imagen o un estilo propio.



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