martes, 11 de diciembre de 2012

EN LA ADOLESCENCIA.

Hoy trataremos de que manera se puede llegar a juzgar por la imagen que proyecta un ser humano de cara a la sociedad, mas que lo que nos puede aportar como persona, y mas en edades tan difíciles  como la adolescencia, en la que en muchos casos, a la vez, estamos pasando por la pubertad, etapa en la que todo se ve de manera diferente, se es mucho mas sensible a cualquier comentario o situación  y nos dejamos llevar por aquello que creemos ingenuamente que sera lo mejor para nosotros.

Llegada a esta edad, solo interesa la cantidad, no la calidad. Me explico. Refiriéndonos a las relaciones de amistad, nos dejamos influenciar por aquella persona, que creemos que tienes dotes de líder, esa persona que dice algo y todo el mundo le hace caso, que va por la calle y todo el mundo saluda, esa persona que para entrar en su grupo de amigos debes convertirte y hacer lo que ella hace, en definitiva, ser su reflejo. Pero puede ser esa persona, que cuando tienes un problema, esta antes el suyo, cuando necesitas hablar, tienes cosas que hacer, cuando no le das la razón, siente que ya no eres de utilidad. ¿ Realmente personas así merecen la pena? Si, en principio la imagen es tentadora, tienen todo lo que un adolescente quisiera tener, popularidad, amigos en todos lados y respeto por donde vaya, pero cuando eso pase, ¿ que les queda ? Mucha gente que pasó por su vida pero que sin embargo, pocos por no decir ninguno se ha quedado en ella.

Sin embargo, están las personas que pasan en silencio por la vida, sin hacer ruido, pero que siempre están ahí. Esa persona, que en la clase estaba el primero, que en el recreo bajaba los apuntes para estudiar, la que se quedaba un sábado en casa por estudiar y no se avergonzaba en reconocerlo, pero aquella que si lo necesitas cuentas con ella, que antes de que la llames te pregunta si estás bien, esa que sabe que palabra decir en cada momento y hacerte olvidar todo, esa que aunque nadie más lo sepa, tú si sabes que está ahí y es lo que importa.


No nos dejemos llevar por lo bonito, por lo que nos da felicidad a manos llenas, pero felicidad efímera, quedémonos con eso que aunque en pequeñas cantidades, nos hará felices toda la vida.

1 comentario:

  1. Esta entrada me ha hecho pensar en la adolescencia, qué verdad hay en estas palabras,es esa etapa en la cual la opinión de los demás está muy por encima de lo que uno a si mismo se valora, según lo que piensen los demás, así te sientes.
    Y siempre sobrevalorando a los que son más "lideres", que, en mi opinión, son los que menos se merecen ser sobrevalorados.

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